La UNLaM fortaleció habilidades de oralidad, lectura y escritura en jóvenes de La Matanza, a través de un voluntariado universitario
El proyecto de extensión, dirigido por el Lic. Walter Adrián Ferreiro, trabajó con 47 estudiantes de la Escuela de Educación Secundaria Nº 95 del barrio Almafuerte, combinando metodologías lúdicas y un enfoque pedagógico comunitario para potenciar la expresión creativa y la identidad barrial.
El equipo del Observatorio Social junto con estudiantes y graduados voluntarios de la Escuela de Artes y Medios e Innovación de la UNLaM, trabajó bajo la metodología de aprendizaje-servicio de forma articulada saberes académicos con las necesidades sentidas de la comunidad educativa.
La instancia de realización de encuentros con estudiantes de la EES N°95 tuvo como instancia previa la formación de voluntarios a través del taller «Estrategias lúdicas para la oralidad, lectura y escritura», en el cual se brindó una orientación y sensibilización sobre las competencias pedagógicas.
Por otro lado, para el diagnostico previo se utilizó una encuesta aplicada a los estudiantes secundarios participantes, para indagar sobre los hábitos de lectura en la vida cotidiana, las prácticas de escritura espontaneas y el contexto sociocultural, para delimitar las oportunidades y desafíos a considerarse en la planificación y ejecución de los talleres.
El voluntariado universitario “Había una vez en el barrio”, culminó con un balance sumamente positivo tras varios meses de trabajo en territorio. El proyecto logró fortalecer significativamente las habilidades de oralidad, lectura y escritura en 47 jóvenes de nivel secundario, a través de un enfoque innovador que priorizó la participación, la creatividad y el fortalecimiento de la identidad.
Un enfoque pedagógico innovador y situado


El trabajo se estructuró en una serie de “circuitos pedagógicos” bajo el lema “Hablo – Leo – Escribo”, diseñados específicamente para resonar con las realidades de los jóvenes. Entre las actividades más destacadas se encontraron:
- Acrósticos identitarios: en las que los jóvenes exploraron la historia de sus nombres y de su barrio, fortaleciendo la autoimagen y el sentido de pertenencia.
- “Instrucciones a la manera de Cortázar”: ejercicios de escritura creativa que utilizaron el humor y el absurdo para desmitificar la figura del escritor.
- “Hipótesis fantásticas” con la gramática de Gianni Rodari: donde el “atreverse a imaginar mal” permitió a los participantes construir mundos narrativos a partir de premisas absurdas, fomentando el pensamiento divergente.
- Reversión de cuentos clásicos: actividad que permitió a los jóvenes interrogar y resignificar narrativas heredadas, incorporando sus propias perspectivas y contextos.
- Creación de Fanzines: tanto individuales como colectivos, estos se erigieron como la culminación del proceso, materializando en una publicación tangible la voz y la identidad grupal.

Resultados tangibles y voces protagonistas
Se cumplieron tanto los objetivos operativos como los de participación, lo cual, generó impactos profundos en los participantes. Se produjeron más de 60 textos originales y se editaron fanzines que sirven como testimonio del proceso creativo colectivo.
La directora de la Escuela de Educación Secundaria Nº 95, Prof. Flavia Ocampo, destacó en las instancias iniciales que “esta articulación universidad-escuela es fundamental para nuestros estudiantes, quienes muchas veces no visualizan la educación superior como una posibilidad concreta”.
Por su parte, las voces de los jóvenes reflejaron la transformación personal: «el taller es una buena forma de abrir un poco más la cabeza o reflexionar sobre algunas cosa, como de nuestro barrio, de nuestro entorno y contexto». A su vez, destacaron el aporte de la presencia de la universidad en la escuela.
Sostenibilidad y proyección a futuro
El voluntariado “Había una vez en el barrio” demostró ser un modelo pedagógico robusto y replicable. Su éxito sienta las bases para futuras ediciones, y su potencial escalabilidad a otros barrios de La Matanza o municipios aledaños, así como para la diversificación de públicos y la formación de formadores.
“Había una vez en el barrio no solo cumplió con sus metas pedagógicas y operativas, sino que logró construir un espacio de encuentro y transformación donde la palabra se convirtió en herramienta de inclusión, crítica y esperanza, afirmó la Mag. Vanina Chiavetta, una de las coordinadoras del proyecto.
Con esta iniciativa, el Observatorio Social de la UNLaM reafirma su compromiso con la extensión universitaria y la construcción de una educación popular, situada y comprometida con las realidades juveniles, demostrando que la palabra es una poderosa herramienta de inclusión, crítica y esperanza.
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Te invitamos a ver el registro completo de la experiencia en nuestras redes y a sumarte a futuras ediciones.
