En este programa se conmemoró el Día Internacional de la Solidaridad Humana. A través de entrevistas, análisis y experiencias territoriales, se abordaron las múltiples dimensiones de la solidaridad en contextos sociales, educativos y comunitarios.
Una invitación a compartir sus vivencias y reflexiones sobre el valor de la solidaridad como práctica transformadora, no desde una la lógica asistencialista de “dar lo que sobra” sino como construcción conjunta, escucha activa y reconocimiento del otro como sujeto pleno.
El fundador de la organización La Guarida ONG, Miguel Blanco, relató cómo el reciclaje de tecnología en desuso se convierte en consolas de videojuegos intervenidas por artistas, que luego son donadas a hospitales públicos. “Los videojuegos pueden ser considerados un analgésico no químico. Está demostrado científicamente que jugar mejora el estado de ánimo y reduce el consumo de morfina en tratamientos oncológicos”, explicó.
Por su parte, el presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de La Matanza, Javier “Chicho” Trimboli, reflexionó sobre la militancia como forma de solidaridad cotidiana: “hay un compañero que nos decía siempre que la militancia es pensar en el otro más que en uno mismo y creo que la solidaridad también va va un poco en ese proceso».
Resulta relevante repensar y abordar a la solidaridad como vínculo humano, como práctica que interpela y transforma. No se trata de caridad ocasional sino de una forma de estar con el otro, de construir comunidad desde el reconocimiento mutuo, la escucha y el compromiso. En tiempos donde el individualismo parece ganar terreno, estas experiencias nos recuerdan que lo colectivo sigue siendo el camino para imaginar futuros más justos, inclusivos y empáticos.