En el marco del Día Internacional de las víctimas de desaparición forzada, realizamos un recorrido histórico sobre los crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, y las desapariciones de democracia. A su vez, reflexionamos sobre lo procesos de silenciamiento, la lucha de los organismos de DDHH, y los roles que han tenido tanto el Estado como los medios de comunicación.
Entrevistamos a Daniel Wejchenberg ,víctima de terrorismo de Estado, quién permaneció detenido ilegalmente en el centro clandestino el Vesubio. «Yo estuve 53 días encapuchado atado por una cadena y una esposa a la pared, torturado, mal comido, escuchando torturar a otras personas, escuchando como mataban a golpes a alguna persona», recordó Wrjchenberg
Por otro lado, el entrevistado se refirió al terror instalado en la sociedad, y a la omisión o justificación de los actos de lesa humanidad tanto por los medios de comunicación, como por el imaginario social : «Tenia miedo porque la sociedad había entrado en un discurso a través de los medios, de que a todo el que le pasaba algo, era por algo, y los culpables éramos nosotros».
En este sentido, destacó que la desaparición forzada no solo afecta a las victimas y sus familiares, sino también a toda la comunidad.Por ende, puso en valor la importancia de los juicios, de la instalación del Nunca Más y de la memoria colectiva de los pueblos.